Cada día la piel se somete a múltiples factores externos, así como polvo, suciedad, humos, contaminación de aire, etc., todo partículas que impactan de forma negativa en ella. Por ello, es tan importante cuidarla con productos adecuados según el tipo de piel que tengamos. Pues todas queremos lucir la mejor piel posible, pero ¿sabemos qué necesita exactamente la nuestra?¡En este artículo de Korean Dreams te lo contamos! Vamos a hacer un recorrido por los distintos tipos de pieles y el cuidado específico que requiere cada una. Porque para que nuestra piel luzca sana y bonita es esencial tratarla con la cosmética adecuada.
Tipos de pieles y rutinas
Es muy importante conocer el tipo de piel que tengamos para así entender sus necesidades y poder elegir los mejores productos que puedan mejorar su apariencia y protegerla del paso del tiempo. En posts anteriores ya hemos hablado de la rutina coreana de 10 pasos cada vez más aplicada para lucir un rostro sano y radiante. Claro que, la elección de los productos idóneos en cada ritual de belleza va a depender del tipo de piel que tengamos. En las siguientes líneas te contamos las necesidades de cada tipo de piel para que apliques la mejor rutina de belleza cada día. ¿Preparada para decir adiós a las imperfecciones?
Piel grasa
Una piel grasa es aquella que se caracteriza por un exceso de sebo. Suele presentar el poro muy dilatado, con brillantez y en muchos casos se desarrollan brotes de acné o puntos negros. ¿Su punto positivo? La ventaja de tener este tipo de piel es el hecho de que el sebo favorece la elasticidad de la piel, haciendo la dermis más gruesa y tersa, por lo que la piel grasa es menos propensa a sufrir arrugas.
¿Qué cuidados necesita una piel grasa? Si este es tu tipo de piel, te recomendamos limpiadores faciales suaves, que no contengan tensioactivos ni sean irritantes. En cuanto a las cremas y protectores, debes elegir aquellos que sean oil free o no grasos. Además, si tienes acné, es importante que no te toques los granitos o los puntos negros que aparezcan en tu rostro. De igual forma, es esencial que hidrates tu piel en profundidad con un aceite apto para piel grasa que tendrá una función seborreguladora. Y es que aunque en tu mente puede que los conceptos de piel grasa y aceite no encajen, la realidad es que hay muchos tipos de aceites que controlen la cantidad de sebo y, además, hidratan la dermis en profundidad. Así que, no dudes en aplicarle un aceite. Y, por último, no olvides de exfoliar tu rostro una vez a la semana con un exfoliante suave. ¡Notarás un rostro perfecto!
Beauty tip: ¡exfolia tu piel con regularidad!
Piel seca
La piel seca es aquella a la que le faltan lípidos (grasas) y agua y, con ello, flexibilidad. Esta alteración puede ocasionar tirantez, picor o descamación. Además, las pieles secas manifiestan con mayor facilidad las arrugas y presentan un tono apagado y una textura áspera.
No debemos confundir la piel seca con la piel deshidratada, pues está última es un estado temporal de la dermis y cualquier tipo de piel puede presentar deshidratación, como detallaremos más adelante.
En cuanto a los cuidados específicos de la piel seca, es muy importante hidratar la piel con cremas densas y nutritivas y con lípidos, para reequilibrar la pérdida de humedad y, de esta forma, prevenir la formación de arrugas y el envejecimiento. Y, para una máxima hidratación, aplícate una mascarilla de tejido hidratante 3 veces a la semana. Además, a la hora de desmaquillarse, es fundamental que lo hagas con aceites suaves y nutritivos para hidratar la piel y humedecer siempre el rostro con agua tibia, ni muy caliente, ni muy fría. Para el segundo paso de la doble limpieza facial, usa siempre limpiadores de base acuosas de textura crema o tipo mousse. Y, por último, elige un sérum de ingredientes antioxidantes y humectantes.
Beauty tip: ¡aplícate una mascarilla con miel y/o aguacate para una máxima hidratación!
Piel mixta
La piel mixta presenta determinadas zonas más grasas y, por tanto, con exceso de sebo y otras zonas del rostro más normales, incluso secas. Es más grasa en la zona T (mentón, nariz, frente) donde puede tener puntos negros o poros más dilatados y más seca o normal es las mejillas, sienes y mandíbula. Este tipo de piel tiene muchas variaciones con el cambio de estaciones, pues está sometida a todo tipo de agentes atmosféricos y puede presentar desde enrojecimiento hasta granitos. Además, al ser una piel de naturaleza mixta, es decir, seca y grasa, resulta complicado encontrar productos específicos para tratar la piel seca y regular el exceso de sebo al mismo tiempo. Así que, si este es tu tipo de piel ¡calma! ¡Podrás darle el equilibrio perfecto a tu piel!
Usa geles limpiadores de textura ligera que regulen la grasa pero sin dañar las zonas normales o secas, y aplica hidratantes oil-free, así como emulsiones suaves y bases acuosas. También es muy importante que exfolies tu piel una vez a la semana tratando con especial cuidado la zona T. Y no olvides el protector solar a diario, elige uno libre de aceites. Como consejo, te diremos que evites el agua muy fría o muy caliente, lo mejor será el agua tibia. ¡Verás cómo mejora tu piel!
Beauty tip: ¡limpia en profundidad la zona T!
Piel normal
Tener la piel normal es toda una suerte. Y si es tu caso, tu rostro tendrá un color rosado y será muy suave, sin puntos negros ni poros dilatados. Además, tu piel tendrá una hidratación natural y estará protegida por medio de una capa lipídica que es liberada por las glándulas sebáceas, proporcionándole a la dermis un aspecto muy sano y luminoso.
Este tipo de piel no tiene problemas particulares, pero eso no quita que tengamos que cuidarla con limpiadores y cremas hidratantes que mantengan unos niveles inalterados de PH y las características naturales de la piel.
Beauty tip: ¡mantén inalterado el PH y desmaquillante bien!
Piel sensible
La piel sensible no es un tipo de piel, sino un estado que la dermis puede sufrir y se puede dar tanto en pieles grasas, como secas o mixtas. Esta condición de la piel es genética y se caracteriza por tener una alteración de la barrera protectora de la piel. Se trata de una piel muy fina, delicada y, generalmente, de tono muy claro. Las personas con la piel sensible suelen sufrir picores y rojeces, presentar descamación en el rostro e incluso sensación de ardor en determinadas ocasiones. Además, hay pieles sensibles con rosácea, enfermedad inflamatoria que causa rojeces y eccemas, y con cuperosis, que se caracteriza por la presencia de pequeños capilares dilatados.
¿Y cómo tratar la piel sensible? Si tu piel es sensible, es muy importante que te desmaquilles con limpiadores suaves ricos en ingredientes nutritivos y calmantes y que lleves siempre contigo un mist o tónico para refrescar la dermis con frecuencia. Asimismo, evita lavarte la cara con agua muy caliente y con productos con fragancias, colorantes, parabenos o sulfatos. Aplícate cremas hidratantes y nutritivas para equilibrar la capa protectora, por medio de la producción de sebo. Y usa una mascarilla de tejido calmante y un sérum ligero elaborado con ingredientes naturales de acción calmante.
Beauty tip: ¡bebe mucha agua y utiliza jabones neutros!
Piel deshidratada
La piel deshidratada no es un tipo de piel, sino un estado temporal de la dermis, una piel con falta de agua y que puede aparecer tanto en una piel seca como en una mixta. Con este estado de la dermis, el rostro se ve apagado y sin brillo y con textura rugosa. También puede haber descamación o picor y las arrugas se marcan más fácilmente.
Para corregir este desequilibrio es esencial evitar que la dermis pierda su capacidad de humectación. Por ello, si sufres episodios de piel deshidratada, es importante que uses aceites hidratantes y limpiadores de base acuosa en textura mousse o crema para desmaquillarte. También debes llevar contigo un tónico con el que ir hidratando y refrescando la dermis durante el día. Usa un sérum elaborado con ingredientes protectores e hidratantes y aplícate una mascarilla hidratante unas 3 veces a la semana.
Piel madura
Una piel madura tampoco es un tipo de piel, sino un estado de la piel con un envejecimiento avanzado y que, por tanto, requiere de unos cuidados específicos. Presenta arrugas marcadas en la mayoría de los casos o manchas, tiene falta de luminosidad y elasticidad y su textura es seca y muy áspera al tacto. Además, la dermis es frágil y cicatriza muy lentamente.
El tratamiento de una piel madura debe ser con una doble limpieza facial a base de limpiadores suaves, sin irritantes ni tensioactivos y humedeciendo el rostro con agua tibia, con cremas que contribuyan a la recuperación de la densidad cutánea, con un sérum de textura ligera y de acción calmante y humectante y con mascarillas calmantes 3 veces a la semana. Asimismo, es muy importante evitar los tratamientos con ácidos.
¿Qué tipo de piel tienes? Ahora ya sabes qué cosméticos requiere tu dermis, para que puedas lucir un rostro perfecto, luminoso y lleno de vitalidad. ¿Preparada para una rutina de belleza perfecta?